(Drogóbich, Ucrania, 1892-1942) junto con desarrollarse en las artes visuales, empezó a escribir relatos que conformarían los libros Las tienda de color canela (traducido como La Calle de los Cocodrilos) y El sanatorio bajo la clepsidra. El autor murió a manos de un oficial Nazi.
Bruno Schulz nació en 1892 en Drohobycz, una pequeña ciudad de Polonia de la que prácticamente nunca salió. Los cuentos de La calle de los cocodrilos constituyen la historia alucinada de su familia y transcurren en ese ambiente gris, provinciano, donde el principal enemigo es el aburrimiento. Todo está contado a la luz de la rica imaginación de un niño cuyo padre comienza a comportarse de manera extravagante, obsesionado con la idea de salvar el mundo. Ante el desdén de quienes lo rodean, el hombre empieza a vivir cada vez más disociado de la realidad, mucho más cerca de las palomas y los maniquíes que de la insensibilidad humana. La descomposición material y valórica que muestra Schulz se asemeja a la que narraron Joseph Roth, Robert Musil, Italo Svevo, Sándor Márai y otros escritores centroeuropeos hoy profusamente rescatados en todo el mundo